Reseña honesta: El Imperio del Vampiro de Jay Kristoff
El Imperio del Vampiro de Jay Kristoff.
Comenzaremos hablando del libro propiamente dicho. Es un libro de 944 páginas que acompañan al texto las ilustraciones en blanco y negro de Bon Orthwick, en su cuenta de Instagram tenéis disponible las ilustraciones a color, las cuales son más impactantes por los rojos en contraste con los blancos y negros. Debéis tener cuidado si no habéis leído el libro porque os pueden hacer pequeños spoilers, aunque una imagen sin contexto no podrá revelar mucho.
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Portada del libro. |
El argumento de la obra nos presenta a Gabriel de León, un cazador de vampiros venido a menos con una única obsesión, la venganza. La historia es narrada combinando el presente con flashbacks del pasado en varios momento, mientras es un niño que debe aprender el oficio de cazador de vampiros, con ganas de cambiar el mundo y hacer que sea un lugar mejor, y mientras persigue al Rey Eterno para cumplir con su venganza con el peso de su historia que le ha hecho convertirse en una personaje cínico al que las consecuencias han dejado de importar.
Todo esto es recogido por un vampiro, Jean-François, que hace de cronista y va recogiendo todo lo que le cuenta Gabriel sobre su vida, todo parece tratarse como una charla coloquial entre amigos. Gabriel está encerrado en lo alto de una torre, aunque en más de una ocasión te deja entre ver qué es el vampiro el que está encerrado con Gabriel.
"Dale a alguien el poder para hacer lo que quiera y lo hará. Lo único que impide que algunas personas cometan las peores atrocidades que alcanzan a imaginar es el miedo a no salirse con la suya."
Gabriel de León es un personaje que ha tenido una vida dura desde la infancia, ya que era maltratado por su padre, Raphael Castia, al ser el hijo ilegítimo de un vampiro. Su madre, Auriél de León, desde pequeño le enseña que un león nunca se inclina y que es mejor morir de pie que vivir de rodillas. Durante su aprendizaje en San Michon sufre también el maltrato por parte de su maestro y su compañero aprendiz, él no se deja amilanar y finalmente se gana el derecho de ser uno de ellos, entrando en la Orden de Plata, jurando así destruir a todos los vampiros. Durante el transcurso de su aprendizaje se enamora de Astrid Rennier, la cual era una novicia en San Michon. Dando comienzo aquello que lo lleva a la excomulgación y teniendo que abandonar San Michon y la lucha contra los vampiros. Poco a poco, conforme se desarrolla la trama, nos vamos dando cuenta de que la mayoría de los personajes que van apareciendo en su relato ya están muertos, lo que nos deja un sentimiento de tristeza que nos acompaña.
"Una vida sin libros es una vida no vivida."
El estilo narrativo es oscuro, sangriento y muy detallado. Jay Kristoff nos lleva a través de su prosa por un ambiente gótico y opresivo que ha creado con la destrucción de todo lo conocido por Gabriel de León. Kristoff consigue crear a la perfección las escenas y nos permite visualizarlas con vívidos colores e imágenes cautivadoras, dejándonos una sensación de melancolía y angustia, acentuando la tragedia que nos narra Gabriel de León.
Una de las pegas que le encuentro al libro son los saltos que hace entre las líneas temporales dejándonos con la incertidumbre y obligándonos a continuar con alguna trama que nos interesa menos. Dando lugar a varios valles durante la trama que hace que sea duro por momentos seguir leyendo. Además, todo el sistema de castas o los vampiros que se parecen más a zombies no son nada nuevo, podemos verlos en la Trilogía de la Oscuridad de Guillermo del Toro y Chuck Hogan, publicada en 2011.
"No hay pena más profunda que aquella a la que nos enfrentamos en soledad. Ni noche más oscura que la que pasamos a solas."
Por no hablar de cosas que toma de otras historias y que repite sin vergüenza, frases sacadas de El señor de los anillos incluida. A pesar de esto, es una obra entretenida y muy interesante que vuelve a traer a los vampiros de vuelta después de años de ostracismo. El imperio del vampiro es un relato sangriento, por momentos sobrecogedor, con alguna escena subida de tono que no deja a nadie indiferente. Pronto veremos que nos depara la segunda parte.